Igartza es uno los principales conjuntos monumentales de origen señorial conservados en el País Vasco, en el destacan su palacio, ejemplo extraordinario de la arquitectura en madera, su molino harinero, su ferrería y su antigua venta caminera.
Durante cincos siglos el mayorazgo de Igartza fue desarrollando su actividad aprovechando su ubicación estratégica entorno a la calzada que unía la Llanada Alavesa con los puertos de la costa Cantábrica, y mediante la explotación de los recursos de su entorno: la madera de los bosques, el mineral de hierro de sus minas y la energía hidraúlica del río Oria. Así su ferrería se convirtió en un referente en la producción de hierro.